<< Hace poco un buen amigo mío regresó de México, donde había pasado una temporada en laborioso viaje de estudios e investigaciones, y me trajo un obsequio peculiar: un buhíto exótico, tallado en madera de copal, pintado el cuerpo en azul y las garras en blanco, decorado con unos puntillos celestes a manera de plumas, y tatuado con flores rosadas y hojas verdes… >>